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El Amor En Un Candado

Grandes Obras hechas por amor - Primera Parte


El amor es el paraíso de las almas y el infierno de los corazones, ha dicho alguien. El amor es algo así como la religión de las almas enamoradas del ideal. El amor nos hace comprender la vida y presentir lo eterno. Existe el amor de Dios. El amor de madre, sublime y dulce… El amor de la novia, de la esposa, de los hijos…El amor fraternal. Y yo creo que también existe el amor de los amores ... El verdadero amor que nunca muere.

En cientos de miles de formas y maneras, los seres humanos nos hacemos de la creatividad, para expresar el romanticismo. El amor, en este sentido parte de la declaración del sentimiento en donde una persona toma la iniciativa de expresarse por medio de distintas acciones. Como muchos otros motivos, todos sin excepción, forman parte de las relaciones humanas. Han sido muchas las obras que por amor se han construido, convirtiéndose en iconos propicios para el turismo.


El Amor en un Candado

Es curioso, pero en distintos continentes podemos encontrar alguna fuente o puente en donde reposan cientos de candados dada la creencia que sugiere “un amor sellado e inquebrantable”. Uno de los más importantes iconos en este sentido, es el Puente de las Artes (Pont des Arts), en la Pasarela Léopold Sédar Senghor (Passerelle Léopold-Sédar-Senghor), ubicado en el centro de París, Francia.

Este emblemático lugar, que además tiene un relato de altura, siempre fue reconocido como un espacio para el romance. Por ello, a partir del año 2008, comienza a verse decorado con candados. Con el tiempo, comenzó a deteriorarse, y es por ello que el 1º de junio de 2015 fueron retirados de sus barandas con incontables promesas de amor, siendo sustituidas en principio por obras temporales de arte urbano, pero posteriormente, colocaron paneles de vidrio que evitaron que los visitantes enamorados pudiesen colocarlos nuevamente.



El Pont des Arts, sigue siendo una maravilla parisina, no se puede uno detener ni por un segundo en él, sin sentir el incontrolable deseo de abrazar a tu acompañante, de lo cual estoy seguro es debido a la vibrante energía de los sentimientos detrás de cada candado, que por casi una década fueron la razón de la visita a este encantador destino, que hoy luce magno y sobrio como siempre, con el dibujo vintage de su entorno y el sonido latente de corazones acelerados por los besos apasionados al tirar las llaves de aquel candado cerrado que sello al amor eternizado.


Queda claro que los candados son reconocidos como símbolos del amor eterno por la fidelidad prometida. Son muchos los destinos mundiales que mueven la industria del turismo en este sentido; tal es el caso de la “Fuente de los candados” en el pequeño Montevideo, Uruguay, conocida como la fuente de Gardel, ya que está ubicada en la esquina del fabuloso restaurante “Facal” quienes son los encargados de su instalación y mantenimiento. El lugar es más simpático que romántico, pero parada obligada para el turista extranjero que se sienta al lado de la estatua de Gardel, que espera al lado de la fuente de los candados, siempre sonriente mientras nos tomamos una selfie.


Es importante mencionar que la visita al lugar es amenizada por la melodiosa y romántica, aunque melancólicas notas del tango en donde ocasionalmente verán bailando alguna pareja al mejor estilo Montevideano. Definitivamente, estamos obligados a pensar en el amor como la razón por la cual la humanidad coexiste.


Seguimos viajando en un clic, muchos destinos, un solo motivo: “el amor” … que como dijo un poeta de mi sangre “nunca muere”.


En la próxima parte...

El puente de Bolshói Kámenny en Rusia, el Puente de Brooklyn en Nueva York, Puente del Humber en Quebec y en Florencia, Italia, el Puente Viejo (Ponte Vecchio).



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