ENFERMERA YVONNE MURILLO
Una Trayectoria De Luz, Una Vocación De Servicio Y Una Vida Ejemplar

Sin lugar a dudas, los tiempos de contingencia global que la humanidad enfrenta desde el año 2020 a la fecha han cambiado la percepción de los que es importante o superfluo, el pensamiento globalizado hoy reconoce la labor de los sectores que hacen posible que el mundo en pausa, pueda seguir su camino.
A partir del COVID19 surge la “nueva normalidad” que, dicho sea de paso, nos es normal, ni es nueva y en este contexto la labor de los ángeles de la salud, los médicos, enfermeras y el personal hospitalario es ahora ampliamente valorado y reconocido por su trascendencia en una sociedad que sufre la incertidumbre y encuentra en una bata blanca y una sonrisa la esperanza de vida.
En este artículo queremos hacer un homenaje a los enfermeros, una profesión tan antigua como la humanidad misma, pues desde siempre ya que las personas han necesitado cuidados de enfermería cuando están enfermos o heridos; aunque históricamente hablando, la británica Florence Nightingale (1820-1910), es considerada como la madre de la enfermería moderna.
Para realizar este reportaje pudimos conversar con una destacada enfermera de profesión, y una gran mujer cuya historia ejemplifica la vocación de servicio y la extraordinaria mística que significa dedicar su vida al ejercicio de curar, cuidar y acompañar espiritualmente a quien enferma.
Una enfermera siempre nos dará esperanza; es un angel con estetoscopio.
Yvonne Murillo, nació en un barrio marginal de Caracas, Venezuela y desde niña descubrió que salvar vidas y curar a quien enferma era su profesión.
Cuando tenía 9 años, un gatito que vivía por su casa sufrió una lesión en la garganta y estaba a punto de morir a causa de ello.
La pequeña Yvonne, por voluntad propia, se decidió a curarlo día tras día y así contra todos los pronósticos, le salvó la vida. Esta acción cambio su destino y desde entonces descubrió que quería ser enfermera.
Gracias a los consejos de su abuelita y el apoyo de su familia pudo concluir exitosamente sus estudios en el Colegio de Enfermeras de su natal Caracas y comenzó a ejercer su profesión.

Sin embargo, las circunstancias adversas que se comenzaron a agudizar a nivel social y económicos en su natal Venezuela, la obligaron a emigrar a los Estados Unidos en búsqueda de una mejor calidad de vida. Pero comenzar de nuevo no fue nada fácil. Alejada de su país de origen, Yvonne tuvo que ganarse la vida trabajando en muy diversas ocupaciones, ya que las leyes estadounidenses solo reconocen la certificación en la carrera de enfermería realizada en este país, e Yvonne tuvo que cumplir con este requisito para retomar su vocación, luchando arduamente para juntar el dinero y darse tiempo para lograr su meta.
Finalmente, Yvonne Murillo fue reconocida como Enfermera Certificada y a partir de entonces se dedicó de lleno a desarrollar su vocación al servicio del prójimo y fue adquiriendo una muy merecida fama como una especialista ejemplar, no solo por su nivel académico, sino también por la gran calidad humana que la distingue.
Para todos es conocido que ser especialista en la salud significa no cansarse nunca de estudiar y tener todos los días la humildad de aprender la nueva lección de cada día.
Yvonne cumple muy bien con este pensamiento y lo ha puesto en acción a través de sus tres décadas de trayectoria como enfermera. Con una gran inquietud profesional por superarse y ser cada día más útil al servicio de su comunidad, Yvonne se ha especializado y certificado en las áreas de Wound Care, Critical Care, Wound Ostomy Continence y Lymphedema Therapist, además de desarrollar una muy importante trayectoria como practicante de enfermería, maestra de la carrera, directora de área, vicepresidenta de Wound Care Services y actualmente integrante de un grupo de especialistas que desarrolló y está por patentar un “pato” o bacín que disminuirá efectivamente las infecciones y secuelas de un contagio en pacientes que por su condición permanecen inmóviles en cama.
Para Yvonne Murillo, fiel seguidora del pensamiento de Napoleón Hill “La fuerza y el crecimiento llegan sólo de la mano de la lucha y el esfuerzo continuo”, y esta norma de vida la ha acompañado a través de su carrera y esfuerzo diario, acompañándolo con gran disciplina por ser practicante en grado cinta negra del Karate Do Goyu-Ryu, pero también por ser una ferviente creyente en Dios y llevar el espíritu de amor y sacrificio hasta el plano profesional.
Al preguntarle a la enfermera Yvonne Murillo acerca de su experiencia a través de su vida profesional nos comenta que:
“Mi reflexión nace de historias de vida -la nuestra y las de nuestros pacientes- que despiertan al filósofo que todos los que practicamos esta profesión llevamos dentro. El ejercicio reflexivo de la profesión: esa es la senda que nos conduce al arte médico.” Y continúa: “A través de los años me he dado cuenta que si bien la medicina es una profesión que se basa en la ciencia, la verdadera sabiduría está en el lado humano y espiritual de nuestra labor; en incontables ocasiones hay que ser capaz de diagnosticar eficazmente no solo una herida, una fractura o una infección, sino también un estado de ánimo triste, una ilusión rota, una desazón del alma o un dolor emocional, es cuando nace la medicina humanista, la que cura con una sonrisa, con saber escuchar, con dedicarle a tu paciente unos minutos de atención y empatía. No cabe duda que el amor a nuestros semejantes es una de las grandes energías que mueven al mundo, la especialidad suprema que en todas las escuelas y en todas las profesiones se debería enseñar a conciencia.
De verdad, no saben la gran satisfacción que siento cuando he podido ver como una paciente que llegó hasta mi con una lymphedema aguda en una pierna inflamada gravemente, gracias a las atenciones médicas que le proporcionamos, pero también la fuerza de voluntad que le impulsamos, cada vez que regresaba a nosotros con una mejor condición física, pero también con una más grande y poderosa sonrisa. Con lágrimas de alegría en los ojos recibí como muestra de agradecimiento un mensaje desde su natal Haití con una fotografía en donde ella iba vestida con un pantalón de mezclilla, que finalmente y después de mucho tiempo se pudo poner y una sonrisa que lo decía todo… Estas anécdotas, y muchas más que he vivido en estos años de carrera son lo que me da la fortaleza para seguir adelante, creer en Dios y ser con toda humildad, el instrumento de su amor, en esta tierra”.
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