ESCUCHA CON LOS OJOS DEL ALMA
La Asertividad Crea Códigos De Conducta Que Guían De Por Vida A Tus Hijos

“Es que no me entiendes, papá” es quizá una de las frases más recurrente en una conversación con un hijo adolescente; y la respuesta que surge casi de manera automática es “quien no me entiende eres tú, hijo”. O peor aún, cuando esa plática escala de tono y se convierte en discusión, de repente te asalta la pregunta: ¿Qué fue de aquel niño que todo quería saber a través de tus palabras, no quería separarse de ti y ahora es un auténtico desconocido que escasamente se comunica contigo con un “sí” o “ no” y un imperceptible “hola” que suena más a un “adiós”?
La culpa no es tuya, ni de él; pero tristemente el cálido diálogo de antaño se convirtió en un “callejón sin salida” en donde la comunicación entre tu hijo y tú amenaza con romperse.
Pero ¿cómo es que se llega hasta ahí, y de qué manera podemos evitar que la interacción verbal con nuestros hijos adolescentes se convierta en un “dolor de cabeza”?

La palabra mágica es COMUNICACIÓN ASERTIVA: un concepto que no es común escucharlo en el vocabulario cotidiano, pero indudablemente es la herramienta que logra construir puentes afectivos entre individuos y grupos; optimiza y fortalece las relaciones entre padres e hijos y nos permite ser sensibles y tolerantes ante las diferencias y diversidades.
Para los especialistas en psicología estratégica y habilidades sociales, ASERTIVIDAD es un concepto muy ligado a la inteligencia emocional y significa tener la capacidad de comunicarse de forma efectiva, decir lo que queremos transmitir de forma firme, pero a la vez respetuosa y empática, con los demás y con uno mismo.
Dicho de una manera coloquial, ser ASERTIVO es la capacidad de poder ponernos en “los zapatos de otros, ver con la mirada de otros, escuchar con los oídos de otros y sentir con el corazón de otros”.
Pero vayamos por partes, la ASERTIVIDAD no es una simple habilidad con la que se nace o no, y aunque la facilidad de interactuar con los demás es inherente a la personalidad, educar a los niños en la ASERTIVIDAD te permitirá crear actitudes y conductas, reglas y códigos razonados que trascenderán la infancia de tus hijos y permanecerá no solo durante su adolescencia, sino durante toda su vida.
Comportarse de manera ASERTIVA depende de la forma en que cultives la autoestima de tus hijos, de manera que se sientan queridos, respaldados y sean capaces de defender sus opiniones e ideas, así como de expresar una crítica sin causar daño a los demás.

Hay que comprender, o más bien recordar, que la adolescencia es una etapa de la vida que implica muchos cambios físicos, dudas e incluso temores. Es en esa etapa del crecimiento de nuestros hijos, cuando ser padre requiere de mucha inteligencia emocional y la aplicación de una estrategia de comunicación asertiva, pues una de las características de la adolescencia es la actitud rebelde, desafiante, el rechazo a las reglas y constantes cambios de su estado de ánimo.
Es en ese momento cuando las buenas costumbres familiares y la ASERTIVIDAD se convierten en vínculos que evitarán que “te topes con pared” al tratar de establecer una comunicación continua, efectiva y fructífera con ese hijo adolescente que no necesita ser criticado o castigado, sino encausado, comprendido y apoyado.
Los especialistas en desarrollo psicológico familiar recomiendan algunas pautas y costumbres familiares muy sencillas y prácticas que harán más fácil reconectarte con tu hijo adolescente: Elige un buen momento para conversar, busca el lugar propicio para ello, y evita las interrupciones y con suficiente intimidad. Habla con tu hijo o hija, míralo a los ojos y nunca dejes que terceras personas opinen ni participen en la plática.
Usa un lenguaje claro, sencillo y coloquial que no deje lugar a dudas de lo que les quieres decir y quieres escuchar.
Respetar su opinión o cómo se siente, aún si se equivoca o no estás de acuerdo.
No lo descalifiques, compares o critiques. Sé justo y empático.
Respeta su privacidad.
Nos parezca o no, tus hijos adolescentes tienen derecho a su intimidad y a guardar sus secretos, lo cual implica que si les haces una pregunta y no obtienes respuesta, no debes de insistir en tenerlas, que por lo pronto, no te van a contestar.
Si vas a platicar con él o ella ¡fuera celulares! Y esa regla también va para ti… Cuando los adolescentes quieren contarnos algo, es imprescindible escucharlos con todos nuestros sentidos. Apaga tu móvil y míralos a los ojos.
Finalmente te aconsejo que los escuches con atención, y no opines hasta saber el cómo, cuando y el porqué.
Muchas veces los adolescentes tan solo necesitan ser escuchados y aunque sus palabras no dicen todo, su cuerpo lo está diciendo todo.
No cabe duda que cuando tu hijo llega a la adolescencia, tú también entras en otra etapa de tu vida y ambos deben de estar preparados y conscientes de que quizás todo cambie, se vea distinto y hasta complicado…todo, menos el amor de familia. Y eso, es pensar y vivir ASERTIVAMENTE.