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NUESTRO PRÓXIMO DESTINO


Una frescura se viene al rostro como si la brisa te marcara el camino desde el recuerdo… Al inicio del 2020, los aeropuertos se veían atiborrados entre viajeros y equipajes, los caminos fronterizos como siempre servían de paso para el comercio de medio alcance, y las grandes capitales del mundo sobrevivían al afluente extranjero en medio de proyectos apresados por la economía, la política y la sostenibilidad del más grande: el turismo.


Al norte del globo, un frío invernal para esquiar y guardarse aún entre luces navideñas por quitar, y al sur, un verano de esos que hacen la prosperidad, la mejor época para los operadores turísticos.

Un turismo “obligado” para los que viajan por trabajo, un turismo de esfuerzo inimaginable para los que emigran buscando oportunidades para mejorar su vida, y el mejor de todos, que llamo 365/360 que mueve al mundo en su totalidad durante todo el año: “el turismo de turistas”; ese en el que se viaja para descansar, conocer, experimentar, explorar, aprender, sumar y ser feliz. Ese turismo que hacemos cuando queremos ser parte de algo más que sobrevivir la vida.


Desde tiempos remotos, los primeros pobladores cuyas tribus eran denominadas nómadas, recurrían a viajes interminables por cientos de miles de kilómetros en busca de mejores recursos para sobrevivir (muchos todavía lo hacen y son llamados migrantes). Más tarde, los comerciantes de telas y otros menesteres se trasladaban entre pueblos llevando sus mercancías, para luego volver y contar historias de remotos parajes. Y con viajes como estos, con otra finalidad en un principio, nació el turismo, ya que muchos incentivados por la curiosidad comenzaron a viajar para complacer la idea de conocer el mundo. A consecuencia, se adecuaban espacios en carruajes y barcos de carga para estos viajeros, quienes ostentando su posición económica, comenzaron a mover el mundo. Viajar ha sido y será siempre la mejor vía para el intercambio sociocultural.


Hoy en día, dominados por la tecnología, Internet es la principal herramienta para brindar opciones a los viajeros con propuestas entre la oferta y demanda de servicios para el turismo; entre ellos el hospedaje en todas sus formas, desde increíbles hoteles en Dubái hasta Yurtas modernas con servicio VIP en los fríos parajes del Estrecho de Magallanes; así como habitaciones sencillas en Hostales multiculturales e inclusivos para viajeros de pocos recursos con diversidad de servicios en lugares remotos o complejas urbes.

La planificación de un viaje se unificó en un clic. Es así que plataformas como Airbnb, Trivago, Booking entre muchas otras, hicieron de viajar algo fácil y además práctico, permitiendo que el mundo entero se abriera al más grande movimiento económico turístico del mundo en los últimos 10 años.

De esta forma, vamos hacia lugares fascinantes, tendencias y espacios en donde pernoctar se convierte en experiencias únicas y dignas de repetir. Hemos hecho del turismo la mejor manera de relacionarnos, de vivir al paso y no al galope, de soñar desde el pensamiento, de enamorarnos al otro lado del mundo y encontrarnos fácilmente. Vender, comprar, cerrar el trato de tu vida y continuar viviendo. No es solamente el Internet que nos permite comunicarnos mejor y más rápido, es la eficiente forma de ver, conocer, viajar y vivir.

Pero algo venía antes de terminar el primer trimestre del 2020 que nadie imaginaba… y que detendría al turismo de todo el mundo… Nuestras vidas y los clics dejaron de abrir portales de promoción turística para fijar nuestra atención en los eventos mundiales sobre el COVID 19 que se apoderaba día a día del planeta. Las aerolíneas guardaron sus aviones, las agencias de viajes enloquecieron con las cancelaciones, y la economía se detuvo, así como el mundo entero.


Y así, por causa y efecto, comenzamos un viaje distinto. Nuestros caminos se hicieron propios de la necesidad y la creatividad; insólitamente comenzamos un viaje hacia nuestro interior y conocimos un ser distinto al que éramos…


Que maravilloso “viaje” en el que nuestra casa, es el único hotel cinco estrellas que visitamos, acompañados con personas que en nuestra mayoría casi no veíamos, como nuestros hijos, esposa o esposo, abuelos o tíos. Ahora somos maestros de nuestros pequeños en casa, cocineros de alta cocina casera, impulsadores de emprendimientos locales, y expertos en comunicarnos a larga distancia donde lo más cerca que podemos estar de nuestro seres queridos y amigos, es a través de la pantalla de nuestros móviles o computadoras, convirtiendo los “abrazos” en una reserva de hospedaje por internet: virtuales y a la espera del arribo, lo cual nos ha enseñado que el “amor” es nuestro mejor equipaje, y la salud está primero que el dinero.


En algunos países no fue tan radical el cambio, pero en otros se detuvo hasta el viento. Muchos momentos difíciles se han vuelto parte de esta nueva unidad de tiempo en el que los seres humanos nos hemos convertido en el bien más preciado. Gracias a Dios, la mayoría sobrevivió y sigue esforzándose para hacerlo. ¿Y ahora qué hacemos? Lo que haremos es hacernos más fuertes, levantarnos sobre la adversidad con lo mejor de cada uno, creando proyectos para el futuro inmediato, preparándonos más, siendo mejores personas con la fe inquebrantable y con la convicción de hacer de este mundo un mejor lugar para vivir… y seguir viajando. La lección es "no vivamos para trabajar, trabajemos para viajar".


Mientras tanto, vamos a planear nuestro próximo destino: viajar por negocios o por placer. Quizá se te antoja conocer el fin del mundo, allí donde siempre un abrazo en tren es mágico como su comida y su gente, como por ejemplo en Ushuaia… No he probado en ninguna otra parte un filete de merluza grillada tan delicioso y fresco como en la capital de Tierra del Fuego… Y si te gustan los paraísos caribeños, puedes bañarte de sol y playa en la Isla San Andrés entre dos países (Colombia y Ecuador) donde el romance explota en tu paladar a la orilla de sus cálidas aguas, con un arroz a la marinera atiborrado de langostinos al fuego color del atardecer y con la magia que te distrae del tiempo entre el frente caribeño y el pacífico norte, esperándote para seguir hacia el Perú y desatar tus sentidos perdiéndote en el sabor del mejor ceviche de pescado que alguna vez probé; o más bien… el gran Chile, con una cordillera invernal metida en su capital Santiago, que te hace recordar los Alpes Suizos… y quién sabe… de pronto llegas a Uruguay que bien lo llaman sus locales "el paisito", y así te atreves a probar uno de los platos más representativos de su gastronomía llamado "El chivito”, que paradójicamente se compone de un corte de carne vacuna sobre una magna cama de sabores. Sin embargo, algunos viajeros prefieren tierras más antiguas, como Europa, Asía o Australia.

Como sea, debes saber que todo estará bien y en un clic podrás volver a viajar, y todo lo que bien planifiques, bien será realidad. Desde un bocado típico a un café magistral, de dormir en un iglú hotel, hasta saltar entre la brisa marina navegando en velero desde los puertos del amor y la amistad, hasta la locura de una aventura maya.

Cualquiera que sea tu próximo destino, no dudes en perseguir tus sueños, en viajar está la respuesta, porque la vida es bella y continúa para bien.

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